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Document 52017IR6209

Dictamen del Comité Europeo de las Regiones — Costes y riesgos de la falta de cohesión: el valor estratégico de la política de cohesión para perseguir los objetivos del Tratado y afrontar nuevos retos de las regiones europeas

COR 2017/06209

DO C 247 de 13.7.2018, p. 16–21 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

13.7.2018   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 247/16


Dictamen del Comité Europeo de las Regiones — Costes y riesgos de la falta de cohesión: el valor estratégico de la política de cohesión para perseguir los objetivos del Tratado y afrontar nuevos retos de las regiones europeas

(2018/C 247/04)

Ponente:

Mieczysław Struk (PL/PPE), Presidente de la región de Pomerania

Documento de referencia:

Informe de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones: Mi región, mi Europa, nuestro futuro: Séptimo informe sobre la cohesión económica, social y territorial

COM(2017) 583 final

RECOMENDACIONES POLITICAS

EL COMITÉ EUROPEO DE LAS REGIONES

Observaciones generales

1.

celebra la publicación del Séptimo informe sobre la cohesión como un importante punto de partida para el debate sobre la nueva política de cohesión para después de 2020; destaca, a este respecto, que se prevé que la política de cohesión 2014-2020 no solo facilite más de 7,4 millones de empleos, mejores competencias a aproximadamente 9 millones de personas y el acceso a la banda ancha de internet a cerca de quince millones de viviendas, sino también apoye la inversión en 1,1 millones de pymes e inyecte 16 000 millones EUR en la economía digital; señala, por consiguiente, el coste inestimable de la «falta de cohesión», dado que la convergencia territorial es más vital que nunca para Europa y sus ciudadanos, así como para su economía, sus ciudades y regiones;

2.

valora positivamente que el Parlamento Europeo calcule periódicamente el coste de la no Europa, ya que demuestra que la falta de una acción común a nivel europeo en determinados ámbitos conduce a una disminución considerable de la eficiencia de la economía, así como a una disponibilidad limitada de importantes bienes públicos;

3.

lamenta, en este contexto, que el Parlamento Europeo y la Comisión Europea todavía no hayan incluido la cuestión del coste de la falta de cohesión en su trabajo analítico y sus procesos decisorios;

4.

agradece a la Presidencia búlgara del Consejo de la UE que le haya solicitado un dictamen sobre los «Costes y riesgos de la falta de cohesión», lo que le brinda una oportunidad excelente de emprender una reflexión más amplia sobre el papel estratégico de la política de cohesión;

5.

recuerda el hecho fundamental de que reforzar la cohesión económica, social y territorial en la Unión Europea es uno de los principales objetivos de esta, tal como se indica en el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea; por consiguiente, insiste en que la política de cohesión debe seguir cumpliendo su misión de aunar el apoyo a las regiones más atrasadas y problemáticas con una oferta a todas las regiones, con el objetivo de tener en cuenta los respectivos retos y potenciales, y de promover el desarrollo armónico de la UE en su conjunto, demostrando así claramente el valor añadido de la financiación de la UE para los ciudadanos de a pie; se remite, en ese contexto, a las especificidades territoriales que se definen en el artículo 349 del TFUE;

6.

resalta que la política de cohesión es la principal política de inversión europea para alcanzar los objetivos del Tratado anteriormente indicados, pero que también es capaz de estimular la innovación, gestionar el impacto del cambio climático e impulsar la transición hacia una economía hipocarbónica, así como de mitigar las crisis económicas asimétricas, salvaguardando la inversión pública favorable al crecimiento en las regiones, ayudando a reducir el desempleo juvenil y de larga duración así como fomentando la inclusión social; por consiguiente, reitera su fuerte apoyo a la #CohesionAlliance] (1);

7.

señala que la política de cohesión cuenta con uno de los marcos de rendimiento mejor desarrollados entre las políticas de la UE, y es la política europea más cuidadosamente supervisada y mejor evaluada, habiendo podido incrementar progresivamente su eficacia durante la última década;

Cohesión económica

8.

celebra la observación recogida en el Séptimo informe sobre la cohesión según la cual la economía de la UE se está recuperando de la crisis económica y acaban de empezar a reducirse nuevamente las disparidades regionales. No obstante, dado que muchas regiones no han alcanzado los niveles de PIB per cápita y empleo anteriores a la crisis económica y han acumulado un considerable retraso en términos de inversión pública, no se puede dar por superado el impacto de esta;

9.

celebra el dato citado de que, entre 2000 y 2015, las regiones menos desarrolladas fueron capaces de converger hacia la media de la UE, algo especialmente cierto por lo que respecta a la mayoría de regiones de los países de la UE–13. No obstante, observa con preocupación que la situación no ha mejorado en una serie de regiones, principalmente del sur de Europa, y que es incluso peor que antes de la crisis;

10.

señala que el crecimiento económico fue mucho más rápido en aquellas regiones que tenían ya un PIB muy superior a la media de la UE y, en particular, en muchas áreas metropolitanas, que son los principales motores de la competitividad regional. Por otro lado, cabe observar que algunas regiones con un PIB per cápita similar a la media de la UE parecen haber caído en la «trampa de la renta media», con unas tasas de crecimiento significativamente más bajas que la media de la UE;

11.

manifiesta su preocupación por la gran diversidad que presentan los niveles de innovación regional, pues esta no solo sigue concentrándose territorialmente en las regiones más desarrolladas del noroeste de la UE, sino que la divergencia tiende a aumentar, con regiones pujantes que mejoran su rendimiento, mientras que este declina en las regiones periféricas, menos desarrolladas y en transición. Ello demuestra la importancia de un enfoque ascendente de base local para apoyar la capacidad innovadora de las regiones, como pone de manifiesto el éxito de las estrategias de especialización inteligente;

Cohesión Social

12.

celebra que la situación del empleo en la UE esté mejorando a la par que la recuperación económica. Con todo, las disparidades regionales en materia de desempleo siguen siendo significativas, registrando varias regiones de los Estados miembros meridionales tasas superiores al 20 %;

13.

señala con preocupación que el desempleo juvenil sigue siendo un problema acuciante, pues se mantiene a niveles superiores al nivel anterior a la crisis, y supera en más del doble la tasa de desempleo general. La situación en las regiones menos desarrolladas y en transición resulta especialmente preocupante;

14.

llama la atención sobre la situación de las personas en riesgo de pobreza y exclusión social, ya que, a pesar de algunos datos positivos, dicho riesgo sigue siendo inaceptablemente alto;

15.

subraya que muchos territorios y, sobre todo, las regiones y zonas rurales de la EU-13, han experimentado un significativo declive de población, causado tanto por la evolución natural como por la emigración, mientras que otras regiones han registrado un considerable aumento de la población total. El gran número de migrantes y refugiados que han llegado a la UE desde 2015 repercute también de manera significativa en términos de demografía y cohesión social en algunos Estados miembros, regiones y ciudades;

Cohesión territorial

16.

resalta la importancia de la dimensión medioambiental para el desarrollo sostenible de las ciudades y regiones de Europa y para la salud y el bienestar de sus ciudadanos. El creciente número de consideraciones medioambientales —en particular el cambio climático y el aumento subsecuente en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, la extensión de los asentamientos humanos, las zonas edificadas y la actividad industrial, la pérdida de biodiversidad y la fragmentación de los hábitats y otras presiones sobre el medio ambiente, como la contaminación del aire y el agua— pueden entrañar consecuencias perjudiciales para las economías y sociedades europeas. A pesar de los progresos realizados en la reducción de las presiones medioambientales, expresa su preocupación por el hecho de que los grandes objetivos medioambientales siguen sin cumplirse, especialmente en las partes central y oriental de la UE;

17.

celebra los importantes progresos realizados para limitar el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también señala que algunos de esos progresos no han sido más que el resultado de la reducción de la actividad durante la recesión económica, lo que significa que son necesarios esfuerzos adicionales para hacer posible el cambio a fuentes limpias de energía, entre otras las renovables, así como a una economía más eficiente desde el punto de vista energético, incluidos los transportes con bajas emisiones;

18.

llama la atención sobre la dimensión territorial del cambio climático y de las catástrofes naturales provocadas por el clima, que tendrá una repercusión desigual en las regiones. Resalta, por tanto, la importancia de una evaluación en profundidad de la vulnerabilidad y de las medidas de adaptación para las regiones y ciudades europeas, así como la puesta en marcha de infraestructuras ecológicas;

19.

subraya que la red de transporte de la UE, principalmente el sistema ferroviario, dista mucho de ser óptimo, en especial en las regiones de la UE–13. Resalta a este respecto que es necesario concluir la RTE-T, especialmente los nodos prioritarios de la Red Básica (Core Network), e integrarla con los sistemas de transporte nacionales y regionales, no solo para eliminar cuellos de botella, reducir el tiempo de viaje y mitigar los efectos adversos de la situación periférica de algunas regiones, sino también, y sobre todo, para estimular el desarrollo económico de toda la UE imprimiendo mayor eficacia al mercado único. Por las mismas razones, subraya que la transformación digital es uno de los principales retos que afrontan todas las regiones de la UE y destaca la importancia del aumento de las inversiones en infraestructuras de banda ancha y capacidades digitales;

20.

señala que cerca de una tercera parte de los ciudadanos de la UE vive y trabaja en regiones fronterizas, las cuales suelen registrar peores resultados económicos que otras regiones. A pesar de los importantes progresos realizados en las últimas décadas, las fronteras siguen obstaculizando la circulación de bienes, servicios, personas, capital e ideas. Esto impide que se aprovechen plenamente las ventajas de la integración. La eliminación de los obstáculos fronterizos existentes aportaría beneficios significativos en términos de PIB a las regiones fronterizas, pero también reduciría considerablemente los costes de carácter transfronterizo;

Retos para las ciudades y las regiones

21.

señala que el cambio demográfico es uno de los principales retos a los que se enfrenta la UE y tiene consecuencias económicas, sociales y medioambientales generalizadas. En este cambio influyen el envejecimiento de la población, la disminución del número de jóvenes, una tasa de natalidad más baja, la reducción de la población activa y la fuga de cerebros (fuga de talento). En consecuencia, el crecimiento demográfico depende en gran medida de los movimientos migratorios, muy diferentes en los distintos territorios de la UE. Estos desequilibrios tienen un importante impacto socioeconómico en zonas que padecen despoblación y envejecimiento demográfico —en particular en las regiones en transición— que, a menudo, están evolucionando hacia servicios locales no negociables, lo cual limita su potencial de exportación, crecimiento e innovación, así como en grandes centros urbanos que registran afluencia de población. Resalta, por tanto, que la política de cohesión debería desempeñar un papel más importante al abordar los retos sociales, entre los que se incluyen el envejecimiento, las enfermedades relacionadas con el estilo de vida y el desempleo —en especial entre los jóvenes y los ninis—, así como la integración de los inmigrantes y refugiados, la pobreza y la exclusión social;

22.

subraya que es probable que los fenómenos meteorológicos extremos incrementen su frecuencia y su impacto en toda Europa. Los efectos del cambio climático difieren mucho entre regiones, pero el peligro cada vez mayor de que se produzcan catástrofes eleva las posibles pérdidas, en especial en zonas densamente pobladas;

23.

destaca la importancia de la cooperación transfronteriza, transnacional e interregional para reforzar la cohesión social, alentando la solidaridad entre regiones de la UE y proporcionando un valor añadido considerable a los objetivos de la UE;

24.

subraya que las regiones y las ciudades se enfrentan a retos sin precedentes, que van desde la competencia mundial, la transformación digital y el auge de tecnologías disruptivas, el cambio demográfico y las migraciones, hasta la seguridad energética, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pasando por el riesgo de pobreza y la exclusión social. Todos esos cambios generan un gran impacto territorial, con una distribución desigual de los beneficios y los costes entre las economías y las comunidades regionales de Europa, lo cual confirma el 7.o Informe sobre la Cohesión al señalar la emergencia de los denominados grupos de desarrollo regional. El potencial de estos cambios para reforzarse mutuamente y transformar de forma negativa el paisaje económico, social y territorial de Europa es inmenso y puede contribuir de forma significativa al empeoramiento de las desigualdades existentes, lo cual contravendría el objetivo, consagrado en el Tratado, de reforzar la cohesión de la UE;

25.

resalta, en este contexto, que la política de cohesión debería seguir invirtiendo en todas las regiones de la UE puesto que la adaptación de las economías regionales a las crisis ya mencionadas requiere estrategias a largo plazo, de base local y sensibles a las especificidades locales, que sean capaces de integrar las dimensiones económica, social y territorial así como explotar sinergias entre todos los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos y otros instrumentos europeos. Reitera, por tanto, insistentemente su objeción a que las posibles consecuencias perjudiciales de la dimensión social y del Fondo Social Europeo se aborden por separado de la política de cohesión; al mismo tiempo, confirma su posición sobre el creciente papel que el FSE deberá desempeñar a la hora de promover la convergencia social territorial y la necesidad de reforzar el papel de los entes locales y regionales en la programación y gestión del FSE;

26.

señala que, en virtud del artículo 174 del TFUE, es esencial tener en cuenta el impacto territorial de las intervenciones públicas y, por consiguiente, reitera la importancia de las evaluaciones de impacto territorial a la hora de diseñar las políticas públicas de la UE a fin de maximizar su eficiencia;

El papel de la política de cohesión

27.

resalta que la política de cohesión debe ocupar un lugar central en el debate sobre cómo puede el potencial de todas las partes de la UE contribuir al crecimiento económico y cómo pueden beneficiarse todos los ciudadanos de la UE de la integración europea de un modo inclusivo, pero también cómo asegurar que todas las partes de la UE puedan explotar las oportunidades que brinda la transformación global. Por ello, reitera su apoyo al mantenimiento de una política de cohesión fuerte y mejorada para todas las regiones más allá de 2020 y subraya el importante papel que estas seguirán desempeñando en el futuro de la UE, tal como subraya en su dictamen sobre «El futuro de la política de cohesión después de 2020»[ (2);

28.

recuerda que la política de cohesión, apoyada por las políticas regionales de los distintos países, se destina a garantizar unas condiciones equitativas que permitan a toda la UE aprovechar todos los beneficios del mercado único, que —junto con la resiliencia territorial— es un factor clave de la posición competitiva de la UE en la escena internacional. Destaca al mismo tiempo que, si bien el mercado único ha sido una «máquina de convergencia» de éxito para la UE, las ganancias no se distribuyen de forma equitativa ni se trasladan de forma automática a las regiones desfavorecidas —incluidas aquellas con retos geográficos específicos— y los grupos sociales desfavorecidos. En consecuencia, sigue existiendo un riesgo de que aumente la desconexión económica y social entre los «motores» del crecimiento europeo y las demás regiones;

29.

destaca, en este contexto, que la misión de la política de cohesión sigue siendo plenamente válida, ya que permite a todos los ciudadanos de la UE, en especial los de los territorios menos desarrollados, beneficiarse de las ventajas que brinda la integración europea. Utilizando sus herramientas, las regiones menos desarrolladas consiguen liberar y explotar su potencial endógeno, mientras que aquellas más fuertes se encuentran mejor equipadas para responder a los retos mundiales. A este respecto, la política de cohesión es la expresión más tangible de la solidaridad europea, al ofrecer igualdad de oportunidades y una mejor calidad de vida a las personas en todas las regiones de la UE. Resalta, por consiguiente, que la futura política de cohesión no debe contemplarse como un regalo, sino como un pilar indispensable de un mercado único que conecta distintos países y regiones con niveles de desarrollo dispares;

30.

destaca que la política de cohesión es la principal política europea para combatir los desequilibrios territoriales y reducir las disparidades de desarrollo resultantes de los distintos retos. Ha conseguido aportar una contribución significativa a un cambio económico, social y territorial positivo en la UE valiéndose de un complejo enfoque transversal encaminado a apoyar no solo la innovación, las pymes, la economía hipocarbónica, las infraestructuras de transporte, la regeneración urbana, la transformación industrial y la diversificación rural, sino también la educación y las competencias, el empleo, las infraestructuras culturales y sociales, así como la inclusión social, por citar solo algunos ámbitos. Destaca, a este respecto, la necesidad de garantizar unas sinergias y una coordinación más fuertes entre la política de cohesión y las políticas y programas sectoriales de la UE;

31.

resalta que, a la luz del gran número de retos existentes y su importante dimensión territorial, es más necesaria que nunca una política de cohesión fuerte y eficaz para todas las regiones de la UE en aras de una Unión Europea fuerte y eficaz. Reitera que la política de cohesión puede aportar respuestas flexibles y sensibles con las especificidades locales a los retos actuales y emergentes y, en especial, a los derivados de situaciones agudas de crisis vinculadas a la globalización; asimismo, subraya que el principal objetivo de una Europa económica, social y ambientalmente sólida y una mayor cohesión territorial solo podrá conseguirse si las zonas urbanas y las rurales, como espacios funcionales complementarios, son más fuertes gracias a un apoyo adecuadamente específico;

32.

señala que en el futuro se deberían mejorar los instrumentos de la política de cohesión, simplificándolos y aumentando su capacidad para reaccionar ante nuevos retos, pero sin complicarlos en exceso, ya que es casi imposible contribuir a la convergencia económica y social y, al mismo tiempo, hacer frente a la coyuntura económica, salvaguardar la disciplina fiscal y evitar la erosión política; reitera, en este contexto, su apoyo a un enfoque diferenciado para simplificar y reforzar drásticamente el sistema de gestión y control de la política de cohesión;

33.

subraya la necesidad de reforzar el papel de la cooperación territorial europea a la hora de suprimir los obstáculos fronterizos y potenciar la cooperación transfronteriza al objeto de obtener resultados concretos para los ciudadanos de la UE. En este contexto, pide que los futuros programas de cooperación territorial europea sean lo bastante flexibles para adecuarse a las necesidades específicas de las distintas regiones fronterizas, incluyendo la posibilidad de financiar proyectos interpersonales y a pequeña escala. Considera, además, necesario eliminar el límite de los 150 km de distancia impuesto a la cooperación marítima y adoptar un enfoque más proporcionado con respecto a los requisitos relativos a las ayudas estatales, la auditoría y el control en los programas de cooperación territorial europea (3). Resalta, asimismo, que cada vez es más necesario recurrir a estrategias macrorregionales, que deberían ser apoyadas por la política de cohesión junto con otras políticas de la UE;

34.

insta al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea a desarrollar una metodología sobre los «costes de la falta de cohesión» a fin de proporcionar más datos cuantificables sobre el valor añadido europeo de la política de cohesión;

Valores de la política de cohesión

35.

resalta que la aplicación de la política de cohesión tiene muchos efectos indirectos positivos, ya que contribuye a mejorar la calidad de la gobernanza y las instituciones en muchas regiones. No es solo un requisito previo clave para el crecimiento económico, sino también una base firme para el bienestar de la sociedad en general, incluida la confianza de los ciudadanos y la legitimidad política de la UE. Observa que la cohesión política debe seguir impulsando una nueva cultura administrativa en las regiones no solo mediante el refuerzo de la gobernanza a varios niveles, el principio de asociación, una planificación económica a medio plazo, programación y financiación plurianuales, y enfoques e instrumentos integrados de base local, sino también a través de procesos de toma de decisiones transparentes y basados en datos contrastados, condicionalidades ex ante, orientación a los resultados, concentración temática, mecanismos de incentivación y sistemas de gestión avanzados, así como medidas de comunicación para trasladar sus efectos directos a los ciudadanos;

36.

destaca que la política de cohesión es la política de la UE más efectiva para superar la compartimentación política. Tiene potencial para convertirse en principal motor de la transformación estructural de la UE al reunir varias políticas sectoriales en el marco de estrategias integradas, de base local y de especialización inteligente que proporcionan soluciones a medida basadas en las ventajas comparativas, las oportunidades de desarrollo y los retos de un territorio determinado, tal como las definen los ciudadanos, los empresarios y las administraciones sobre el terreno;

37.

señala, en este sentido, que la política de cohesión puede ser mucho más eficiente si los Estados miembros se muestran dispuestos a aplicar aquellas reformas estructurales y condicionalidades ex ante que contribuyan a mejorar el entorno de aplicación de la política de cohesión, incluida una mayor capacidad institucional. Asimismo, insiste en que cualquier nuevo vínculo, incluido el financiero, entre las reformas estructurales y la política de cohesión requeriría una participación activa por parte de los entes locales y regionales mediante un código de conducta para el Semestre Europeo, a fin de aumentar la eficacia y la responsabilización del proceso; también es indispensable que cualquier reforma estructural supere una verificación del valor añadido europeo y confirme su relación directa con los objetivos del Tratado (4);

38.

señala que la política de cohesión ha demostrado que el empoderamiento de los agentes regionales y locales es crucial para facilitar la transformación estructural. Es más, la investigación demuestra que existe un potencial sin explotar para aumentar la productividad a escala nacional mediante la mejora del rendimiento de las regiones. Por esta razón, resalta la necesidad de que las regiones y las autoridades locales mantengan vínculos más fuertes con una política de cohesión firme e inteligente, como parte de una promoción amplia de estrategias de desarrollo complejas y enérgicas. Ello contribuiría a la legitimidad de la UE a escala local y regional, y haría el proceso de integración europeo más tangible para los ciudadanos;

El coste y los riesgos de la falta de cohesión para la Unión Europea: mensaje de alerta temprana.

39.

subraya, por consiguiente, la enorme necesidad de proporcionar un marco político que suceda a la Estrategia Europa 2020 a fin de permitir la continua concentración temática y la capacidad de respuesta de la política de cohesión después de 2020;

40.

destaca que rebajar o fragmentar la política de cohesión, por ejemplo mediante su restricción a determinadas categorías de regiones o su desvinculación del Fondo Social Europeo, entrañaría riesgos políticos graves y cuestionaría la capacidad de la UE para alcanzar los objetivos del Tratado de reforzar la cohesión económica, social y territorial, debido a la falta de una masa crítica de apoyo en muchas regiones, lo que también equivale a menos inversiones en objetivos europeos fundamentales;

41.

resalta, a este respecto, su preocupación por el hecho de que la falta de cohesión en la Unión Europea podría conducir, en el peor de los casos, a:

a)

un aumento de las disparidades económicas y sociales entre las regiones y mayores tensiones entre los Estados miembros;

b)

la desintegración del mercado único y una menor eficacia de la gobernanza económica de la UE;

c)

la no aplicación del pilar europeo de derechos sociales;

d)

los graves obstáculos que se plantean a la hora de afrontar el reto de la migración;

e)

un declive de la confianza en las instituciones políticas de la UE y de la propia democracia, así como a un aumento de los nacionalismos y populismos, lo cual desembocaría en inestabilidad política y, en última instancia, en la desintegración de la UE, y

42.

considera, por lo tanto, que superar la persistente brecha económica, social y territorial en la UE constituye el principal reto a largo plazo para la Unión Europea en su conjunto;

43.

reitera, en este contexto, que la política de cohesión no puede estar sujeta a ningún tipo de condiciones a nivel europeo que no puedan verse influidas por los entes locales y regionales, o que puedan convertirlos en rehenes de las políticas adoptadas por los gobiernos nacionales.

Bruselas, 22 de marzo de 2018.

El Presidente del Comité Europeo de las Regiones

Karl-Heinz LAMBERTZ


(1)  www.cohesionalliance.eu.

(2)  DO C 306 de 15.9.2017, p. 8.

(3)  Taller organizado por el CDR sobre la simplificación de la cooperación territorial europea(https://cor.europa.eu/Documents/Migrated/Events/ETC-WORKSHOP-FINAL-REPORT.pdf.).

(4)  Resolución sobre la modificación del Reglamento que establece las disposiciones comunes para los Fondos EIE con el objetivo de apoyar las reformas estructurales-COR-2017-06173-00-00-RES.


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