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Document 52009AE1460

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el Libro Verde-RTE-T: Revisión de la política — Hacia una red transeuropea de transporte mejor integrada al servicio de la política común de transportes COM(2009) 44 final

DO C 318 de 23.12.2009, p. 101–105 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

23.12.2009   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 318/101


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el «Libro Verde-RTE-T: Revisión de la política — Hacia una red transeuropea de transporte mejor integrada al servicio de la política común de transportes»

COM(2009) 44 final

2009/C 318/20

Ponente: Jan SIMONS

El 4 de febrero de 2009, de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre el

«Libro Verde RTE-T: Revisión de la política - Hacia una red transeuropea de transporte mejor integrada al servicio de la política común de transportes»

La Sección Especializada de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 8 de septiembre de 2009 (ponente: Jan Simons).

En su 456o Pleno de los días 30 de septiembre y 1 de octubre de 2009 (sesión del 30 de septiembre de 2009), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 167 votos a favor, 1 en contra y 5 abstenciones el presente Dictamen.

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1

El Comité comparte la opinión de la Comisión sobre la necesidad de llevar a cabo una revisión a fondo de las orientaciones relativas a la RTE-T, en vista de la ampliación de la Unión Europea con un gran número de Estados miembros desde 1996. Por esta razón, y habida cuenta de la evolución de las prioridades políticas, en particular una mayor atención a las cuestiones relativas al medio ambiente y al clima, se impone una reorientación de la red comunitaria de infraestructuras de transporte.

1.2

En lo que respecta al problema del aumento de las emisiones de CO2 y de las deficiencias infraestructurales y organizativas del transporte de mercancías, el Comité comparte el enfoque de la Comisión de buscar soluciones comodales integradas para este transporte, con el fin de crear sinergias en beneficio del usuario.

1.3

El CESE desea que el establecimiento de una nueva RTE-T se haga teniendo en cuenta de manera explícita la denominada política de vecindad, las conexiones hacia el este y el sur de la Unión Europea, para lo cual la Comisión y los Estados miembros deberían centrarse fundamentalmente en la red en su conjunto, y no en proyectos de infraestructura individuales. De este modo se reforzará la solidaridad entre los Estados miembros.

1.4

Con respecto a la forma que adoptará la futura RTE-T, la Comisión propone tres opciones. El Comité coincide con el Consejo en que debería existir una estructura de dos niveles: una red global y una red básica, dentro de la cual se combinaría una red prioritaria definida geográficamente y un pilar conceptual con el fin de integrar los aspectos de la política de transporte y de la infraestructura de transporte. En opinión del CESE, con esta opción se podrán utilizar los recursos financieros de la UE con mayor eficacia y eficiencia que hasta ahora. Debería crearse una instancia que se encargue de coordinar la utilización de los recursos.

1.5

El Comité llama la atención de la Comisión sobre el hecho de que, tanto para la instauración de la red prioritaria como para el funcionamiento de sistemas interoperables de gestión del tráfico, debe elaborarse un marco de aplicación más vinculante que incluya medidas de sanción adecuadas.

1.6

En la planificación futura de la RTE-T, el CESE manifiesta su acuerdo con el enfoque adoptado por la Comisión, tal como se presenta en su Libro Verde, basado en el principio de que cada modo de transporte se utiliza en función de sus ventajas comparables en cadenas eficientes de transporte comodal y que, por tanto, desempeña un papel importante para ayudar a la UE a lograr sus objetivos en la lucha contra el cambio climático. El objetivo debe seguir siendo cambiar hacia la cadena de transporte que sea más respetuosa con el medio ambiente.

2.   Introducción

2.1

El 4 de febrero de 2009, la Comisión publicó su «Libro Verde RTE-T: Revisión de la política - Hacia una red transeuropea de transporte mejor integrada al servicio de la política común de transportes», en el que expone una revisión de su política en el ámbito de la red transeuropea de transporte (RTE-T).

2.2

La Comisión desea asociar al mayor número posible de interesados a esta revisión, con el fin de poder aprovechar los conocimientos, la experiencia y los puntos de vista existentes. A tal fin llevó a cabo una consulta pública que finalizó el 30 de abril de 2009.

2.3

La Comisión tiene la intención de analizar los resultados de esta consulta pública y utilizarlos para las actividades vinculadas al desarrollo de la nueva política en materia de RTE-T. En principio, se dedicará el resto del año 2009 a examinar las distintas reacciones suscitadas por el Libro Verde y a llevar a cabo los estudios necesarios. La Comisión prevé presentar a principios de 2010 la metodología de esta política y a finales de 2010 propuestas legislativas para la revisión de las orientaciones relativas a la RTE-T y, eventualmente, el Reglamento RTE-T.

2.4

En el Tratado CE (artículos 154-156) se define la política de la RTE-T como una contribución a la consecución de los objetivos del mercado interior en materia de crecimiento y creación de empleo y al desarrollo de una cohesión social, económica y geográfica en beneficio de todos sus ciudadanos y operadores económicos.

2.5

Además, se debe propiciar un desarrollo sostenible que otorgue a las exigencias vinculadas a la protección del medio ambiente un lugar central en la política. La política de la RTE-T deberá orientarse de tal modo que contribuya de manera sustancial a realizar los objetivos de «20-20-20» fijados por la UE en la lucha contra el cambio climático.

2.6

La política de la UE en materia de redes transeuropeas se configuró en los años 1990-1995 y se inició oficialmente en 1996 mediante una decisión del Parlamento Europeo y el Consejo. Desde entonces se han invertido 400 000 millones de euros en distintos proyectos de infraestructuras de transporte de interés común, si bien cabe señalar que se han acumulado considerables retrasos en la finalización de muchos proyectos. En particular, durante el primer periodo de la RTE (1996-2003) los Estados miembros llevaron a cabo la mayoría de los proyectos de transporte por carretera (con respecto al numero total de proyectos prioritarios). En los casos evidentes es preciso establecer con rapidez y en mayor medida un equipamiento en infraestructuras para los modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente.

2.7

El 30 % aproximadamente de los 400 000 millones de euros invertidos procede de fuentes comunitarias, como el presupuesto RTE-T, el Fondo de Cohesión, el BERD y el BEI. El remanente estimado de las partidas de inversión asciende a 500 000 millones de euros. Está previsto asignar el 80 % del total de los fondos destinados a los proyectos prioritarios de la RTE-T al sector ferroviario.

2.8

La experiencia demuestra que los ciudadanos europeos no perciben fácilmente los resultados de la política de la RTE-T y su valor añadido. La Comisión intenta remediar esta situación adoptando un nuevo enfoque en el Libro Verde objeto de examen y sitúa los objetivos vinculados al cambio climático en un lugar central de la futura política en materia de RTE-T.

2.9

La propia Comisión considera que se impone una revisión a fondo de la política de la RTE-T. Sería preciso sentar una base sólida, mediante un proceso que integre los objetivos económicos y medioambientales y se oriente claramente hacia las exigencias de un transporte de pasajeros y mercancías eficiente, basado en la comodalidad y en el uso de técnicas innovadoras, para contribuir con eficacia a los objetivos de la UE en la lucha contra el cambio climático.

2.10

Habida cuenta de la envergadura de la revisión en términos políticos, socioeconómicos, medioambientales, institucionales, geográficos y técnicos, la Comisión ha optado por la publicación de un Libro Verde en el cual expone su punto de vista y ofrece a las partes interesadas la posibilidad, mediante la ronda de consultas, de participar activamente en la reflexión y hacer sugerencias acerca de una nueva política de RTE-T.

2.11

Con respecto al Libro Verde sobre la futura política de RTE-T, el Parlamento Europeo, en su Resolución de 22 de abril de 2009, señala que apoya el vago concepto de «pilar conceptual» de la RTE-T, si bien ve más utilidad en los proyectos concretos y considera que en la lista de los proyectos prioritarios los modos de transporte respetuosos con el medio ambiente deben recibir una consideración proporcionalmente más amplia.

2.12

En su reunión de los días 11 y 12 de junio de 2009, el Consejo de Ministros de la UE se pronunció a favor de que todos los actuales proyectos RTE-T prioritarios formen parte integrante de una red prioritaria coherente, que incluya tanto infraestructuras ya realizadas como infraestructuras en curso de realización y proyectos de interés común. Estos proyectos deben ser de carácter multimodal, y debe prestarse atención a los nodos y conexiones intermodales.

2.13

El Consejo considera también que la política de la RTE-T debería aportar una contribución importante a la consecución de los objetivos medioambientales y de lucha contra el cambio climático. La integración y cooperación óptimas del conjunto de los modos de transporte, tanto en el sentido físico como en el de los sistemas de transporte inteligentes, deberían garantizar la eficacia de servicios de transporte comodales y constituir así una base sólida para la reducción de las emisiones de CO2 y otras emisiones en el sector de los transportes.

3.   Observaciones generales

3.1

El Comité considera que la Comisión, tras señalar que la aplicación de la decisión tomada en 1996 por el Parlamento Europeo y el Consejo para la creación de una red transeuropea de infraestructuras de interés comunitario no se ha desarrollado de acuerdo con lo previsto (hecho que también se menciona en la Comunicación de la Comisión «Redes transeuropeas: hacia un enfoque integrado», COM(2007) 135 final), ha adoptado las medidas necesarias para sentar las bases de una revisión fundamental de la política de la RTE-T mediante una consulta pública sobre el Libro Verde.

3.2

El CESE considera también que es necesario efectuar una revisión a fondo de las orientaciones relativas a la RTE-T, en vista de la ampliación de la Unión Europea con un gran número de Estados miembros desde 1996. Esta evolución hace necesaria una reorientación de la red comunitaria de infraestructuras de transporte.

3.3

La evaluación política de las orientaciones relativas a la RTE-T efectuada por la Comisión señala que la planificación inicial de la red, cuyo objetivo era interconectar extensas partes de las redes nacionales de los distintos modos de transporte y conectarlas en las fronteras nacionales, ha perdido fuerza por la ampliación de la UE.

3.4

Dado que la aplicación de una nueva RTE-T requiere cuantiosas inversiones, el Comité considera necesario tener en cuenta el mayor número posible de factores y elementos pertinentes, con el fin de efectuar elecciones acertadas y responsables. Como punto de partida, el Comité recomienda que sean los medios financieros los que reflejen los objetivos, y no al contrario.

3.5

La base de la futura política de la RTE-T tiene su fundamento en el Tratado CE. Los artículos 154 a 156 recogen los elementos que es necesario tener en cuenta. En el pasado no se concedió suficiente atención al desarrollo sostenible y, por extensión, a los objetivos de lucha contra el cambio climático, pero el Comité comparte la opinión de la Comisión de que constituyen un elemento clave de la política de transportes en general y, en consecuencia, también de la política de la RTE-T. El CESE, por otra parte, ya llamó la atención sobre este punto en su dictamen de 13 de marzo de 2008 (TEN/298 – CESE 488/2008), en el que destacaba también la necesidad de adoptar un enfoque integrado.

3.6

Con el fin de aplicar las disposiciones del Tratado, se han adoptado las denominadas «orientaciones relativas a la RTE-T», que establecen las condiciones para seleccionar los proyectos de interés comunitario que recibirán el apoyo de los Estados miembros. El objetivo último de estas orientaciones es crear una red multimodal que permita hacer posible, de manera innovadora, un tráfico seguro y eficiente.

3.7

El Comité comparte el enfoque de la Comisión de buscar soluciones comodales para el transporte de mercancías con el fin de hacer frente a los problemas que plantean el aumento de las emisiones de CO2 y las deficiencias infraestructurales y organizativas. Por ejemplo, al igual que la Comisión, el Comité considera que el desarrollo de las autopistas del mar reviste una importancia crucial para el desarrollo futuro de la RTE-T.

3.8

La Comisión opina que una política de la RTE-T revisada debería basarse en los resultados obtenidos hasta ahora y velar por la continuidad del enfoque adoptado con anterioridad. El Comité se pregunta si este enfoque es conciliable con una revisión en profundidad de la política de la RTE-T. En efecto, una evaluación basada en criterios objetivos de la lista de los proyectos actualmente prioritarios –recogida en el Anexo 3 de las orientaciones RTE– debería, en opinión del CESE, llevar a revisar el contenido de este Anexo, lo que, lógicamente, podría también traducirse en la desaparición de algunos proyectos.

3.9

En lo que respecta a la elaboración de la nueva política de la RTE-T, el Comité está de acuerdo con la Comisión en la necesidad de que dicha política se fundamente en un objetivo doble que integre economía y medio ambiente. En opinión del CESE, un enfoque integrado permitirá lograr sinergias, sobre todo en los proyectos que guardan relación con la ampliación de la Unión. Por esta razón, en la elección de una red es importante tener en cuenta también las consecuencias medioambientales y, en particular, las repercusiones sobre el clima. Así pues, a la hora de promover un sistema de transporte sostenible y eficiente basado en el principio de comodalidad, se impone buscar un equilibrio entre intereses económicos y respeto del medio ambiente.

3.10

A modo de ejemplo, el Comité desea llamar la atención sobre la integración del tráfico aéreo y del transporte ferroviario en distancias de hasta 500 km, integración estimulada por el mercado. Las conexiones de líneas de alta velocidad desempeñan un papel muy importante en el transporte de pasajeros, pero el transporte de mercancías también ofrece oportunidades interesantes para la integración de los aeropuertos en la red ferroviaria europea.

3.11

El Comité opina que la nueva RTE-T debería concentrarse sobre todo en la red, en sus aspectos tanto físicos como no físicos, y para ello debería hacerse más hincapié en la dimensión de la política de vecindad, particularmente en las infraestructuras de transporte que van del oeste al este de la UE y del norte hacia el sur (la Vía Báltica y el eje Helsinki-Atenas). En opinión del CESE, el enfoque de la política de vecindad favorecerá la solidaridad entre los pueblos de la Unión.

3.12

La Comisión sugiere que todos los proyectos de interés común seleccionados podrían someterse a un análisis armonizado de costes-beneficios, basado en criterios múltiples, para determinar su valor añadido europeo. De este modo se pueden tener en cuenta todos los factores, sean o no estimables financieramente. Esto permitiría asignar las subvenciones con cargo al presupuesto comunitario de manera equitativa y objetiva, y limitarlas a los proyectos que presentan un valor añadido comunitario efectivo. El CESE opina que es necesario recurrir a todos los métodos que permitan utilizar con mayor eficiencia y eficacia los fondos comunitarios.

3.13

Tal armonización de los métodos de trabajo sería especialmente útil en el tratamiento de los puntos de congestión infraestructurales transfronterizos, donde el problema que a menudo se plantea es el de la distribución de los costes. Esta armonización podrá conducir a una racionalización del programa RTE-T y permitirá concentrarse aún más en la combinación de las dimensiones económica y medioambiental.

3.14

En el Libro Verde, la Comisión invita a pronunciarse en favor de una de las opciones siguientes para una futura RTE-T:

mantener la actual estructura de dos niveles, con una red global y proyectos prioritarios (no relacionados);

un solo nivel constituido por proyectos prioritarios, posiblemente conectados dentro de una red prioritaria;

una estructura de dos niveles, con una red global y una red básica que comprenda una red prioritaria, definida geográficamente, y un pilar conceptual con el fin de integrar los diferentes aspectos de la política de transporte y de la infraestructura de transporte.

3.15

El Comité es partidario de esta última opción. Considera que los medios financieros de la Unión Europea deben utilizarse más eficazmente de lo que se ha hecho hasta ahora y que la concentración de los recursos en una red básica ofrece las mejores posibilidades para lograrlo. La red global, en la que a lo largo de los años la aplicación de parte de la legislación comunitaria en materia de transportes ha estado vinculada al ámbito de acción de la red RTE-T actual, no puede, precisamente debido a este vínculo, dejarse de lado y deberá seguir existiendo. Por tanto, los proyectos en cuestión ya no podrían optar a subvenciones procedentes del presupuesto RTE-T, sino que se financiarían con cargo a los fondos regionales y de cohesión.

3.16

A fin de utilizar los recursos financieros de la UE con mayor eficiencia y eficacia, el Comité considera que debería crearse una instancia que se encargue de coordinar la asignación de los recursos.

3.17

En opinión del Comité, la red prioritaria definida geográficamente debería estar constituida por ejes verdaderamente multimodales, que conecten los centros económicos y de población más importantes entre sí y con los principales nodos de transporte, como los puertos marítimos y de navegación interior y los aeropuertos. Esta red debería satisfacer las exigencias derivadas de la protección del medio ambiente y el fomento de un desarrollo social y sostenible.

4.   Observaciones particulares

4.1

La Comisión considera que el desarrollo sostenible y, sobre todo, los ambiciosos objetivos de lucha contra el cambio climático que la UE estableció en diciembre de 2008 requieren una adaptación del enfoque de las redes transeuropeas. El Comité está de acuerdo con la Comisión en que las consideraciones climáticas en sí mismas constituyen ya una razón suficiente para proceder a esta revisión, pero señala que la no finalización de los proyectos planificados y la ampliación de la Unión hacen también ineludible dicha revisión.

4.2

El CESE está de acuerdo en principio con la argumentación de la Comisión de que todos los proyectos de interés común deben someterse a un análisis de costes-beneficios, aunque debe ofrecerse también la posibilidad de recurrir a otros métodos que tengan el mismo efecto. El Comité, no obstante, llama la atención sobre la necesidad de definir y evaluar los efectos externos de una manera más uniforme.

4.3

El Comité está de acuerdo con la Comisión en que, en una revisión de la RTE-T, la red de grandes proyectos de infraestructuras conectados entre sí debe completarse con una red conceptual de este tipo de proyectos, si bien quiere hacer hincapié también en la necesidad de que la Comisión oriente una parte importante de sus esfuerzos de coordinación a llevar a cabo proyectos de este tipo.

4.4

El CESE destaca que la inversión sistemática en investigación y desarrollo tecnológico a escala europea ha creado nuevas posibilidades de realizar los objetivos de la política europea de transportes con medios en que no sólo se recurre a inversiones en infraestructuras físicas.

4.5

Así, por ejemplo, la Comisión ha expuesto distintas posibilidades y proyectos políticos en diversas comunicaciones, como las relativas al Plan de acción para la logística del transporte o el Plan de acción para un sistema de transporte inteligente (STI). En cualquier caso, al poner en práctica estas nuevas tecnologías es preciso evitar que ello repercuta negativamente en las condiciones de trabajo y la protección de datos.

4.6

Asimismo, cabe mencionar la iniciativa sobre los «coches verdes», que se inscribe en el plan europeo de recuperación económica e indica cómo mejorar la eficacia y la eficiencia del sistema europeo de transporte recurriendo a tecnologías de propulsión limpias y a la logística inteligente. En lo que respecta a la innovación, cabe mencionar también el programa europeo Naiades, cuyo objetivo consiste, en sentido amplio, en estimular la navegación interior.

4.7

En el Plan de acción para la logística del transporte mencionado en el punto 4.5 se describe sumariamente el concepto de «corredores verdes». El Comité apreciaría una aclaración de este concepto, ya que en su opinión los corredores verdes implican también que para el transporte entre los distintos nodos debe haber disponibles modos de transporte alternativos, a fin de poder hacer elecciones rentables.

4.8

La instauración de la RTE-T se ha considerado hasta ahora como una obligación de los Estados miembros correspondientes. Aunque la construcción de infraestructuras como tal sea competencia nacional, el CESE exhorta a la Comisión a que elabore un marco más vinculante para la creación de la «red prioritaria» que incluya medidas de sanción adecuadas. Esto último podría aplicarse también a los sistemas interoperables de gestión del tráfico.

4.9

En opinión del Comité, en la reflexión sobre la red prioritaria deben tenerse en cuenta explícitamente las autopistas del mar y, al mismo tiempo, es preciso hacer más hincapié en la ampliación de la red logística, con el fin de que los puertos marítimos de la UE cuenten con un buen acceso y conexiones adecuadas con el interior, teniendo presente también que no puede haber distorsiones de la competencia.

4.10

El Comité, por último, manifiesta su acuerdo con varias cuestiones mencionadas por la Comisión en su Libro Verde que deberán tenerse en cuenta en la planificación futura de la RTE-T. En particular, cabe citar las necesidades divergentes del transporte de pasajeros y el transporte de mercancías, la sensibilidad de los aeropuertos a los precios del combustible, la seguridad, el desarrollo económico y la protección del medio ambiente, el problema de los puertos marítimos y de la logística del transporte de mercancías mencionado en el punto 4.9, que se basa en el principio de que cada modo de transporte se utiliza en función de sus ventajas comparables en cadenas eficientes de transporte comodal y desempeña un papel importante para ayudar a la Comunidad a lograr sus objetivos en la lucha contra el cambio climático. El objetivo debe seguir siendo cambiar hacia la cadena de transporte que sea más respetuosa con el medio ambiente.

Bruselas, 30 de septiembre de 2009.

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Mario SEPI


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