28.2.2023   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 75/97


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Hacia un marco de etiquetado de alimentos sostenibles que permita a los consumidores optar por alimentos sostenibles»

(Dictamen de iniciativa)

(2023/C 75/14)

Ponente:

Andreas THURNER

Decisión de la Asamblea

20.1.2022

Base jurídica

Artículo 52, apartado 2, del Reglamento interno

 

Dictamen de iniciativa

Sección competente

Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente

Aprobado en sección

5.10.2022

Aprobado en el pleno

27.10.2022

Pleno n.o

573

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

147/5/1

1.   Conclusiones y recomendaciones

El Comité Económico y Social Europeo (CESE)

1.1.

acoge con satisfacción la iniciativa de la Comisión Europea de establecer un marco jurídico para unos sistemas alimentarios sostenibles que, entre otros elementos, incluya también normas sobre el etiquetado de sostenibilidad de los alimentos. Es evidente la necesidad de regulación y de un cierto nivel de normalización y armonización para garantizar la credibilidad y la competencia en igualdad de condiciones;

1.2.

subraya que la sostenibilidad es un concepto pluridimensional que siempre debe tener en cuenta en igual medida las dimensiones económica, medioambiental y social.

1.3.

señala que los hábitos de alimentación de las personas presentan una gran diversidad, dependen de diferentes factores y, además, son muy persistentes. Por lo tanto, conviene que sean realistas desde el principio las expectativas que despierta un sistema de etiquetado de la sostenibilidad. Sin embargo, existe un interés general en cambiar a patrones de consumo más sostenibles;

1.4.

recomienda, por ello, establecer un marco de etiquetado de la sostenibilidad de los alimentos transparente, con base científica y lo más sencillo y pragmático posible, que ayude a los agentes económicos a evaluar y mejorar la sostenibilidad de los productos y, al mismo tiempo, proporcione a los consumidores información útil para que tomen su decisión de compra con conocimiento de causa;

1.5.

propone que, en interés de un acceso fácil y pragmático, se pueda optar por tener únicamente en cuenta aspectos parciales de la sostenibilidad definida y evaluada de manera integral, como son el bienestar animal o los criterios sociales y medioambientales. Sin embargo, en ese caso no debe utilizarse el término «sostenible», que ha de reservarse a un enfoque de evaluación integral;

1.6.

aboga inicialmente por un enfoque voluntario, que, no obstante, debería imponer condiciones obligatorias en caso de que se aplique. Por consiguiente, deben prohibirse las etiquetas o declaraciones de sostenibilidad que no se basen en dichas condiciones.

1.7.

considera que las formas de etiquetado que impliquen una escala de evaluación (por ejemplo, un sistema de semáforo) pueden ayudar a los consumidores a elegir con conocimiento de causa. Al mismo tiempo, un sistema de evaluación de este tipo también puede promover el liderazgo en materia de sostenibilidad y animar a las empresas a mejorar los procesos de la cadena alimentaria en ese aspecto;

1.8.

señala que para tales modelos basados en una escala resultan decisivos los algoritmos de evaluación, que deben tener una base científica y ser debidamente transparentes para los consumidores;

1.9.

considera que los actuales regímenes de calidad en la UE, como la agricultura ecológica o las indicaciones geográficas, ya incluyen elementos que contribuyen a una mayor sostenibilidad del sistema alimentario, algo que debe reconocerse. Además, recomienda que las normas vigentes se sometan a un control de sostenibilidad y, en su caso, se complementen con disposiciones adecuadas en materia de sostenibilidad;

1.10.

subraya el papel crucial de la educación a la hora de proporcionar una comprensión básica de los aspectos de sostenibilidad relacionados con los alimentos. Las campañas de sensibilización y las medidas adecuadas para apoyar la asequibilidad de los productos de alimentación sostenibles también pueden promover la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles.

2.   Antecedentes

2.1.

La Estrategia «De la granja a la mesa» (1) ocupa un lugar central del Pacto Verde Europeo. Su objetivo es lograr que los sistemas alimentarios sean justos, saludables y respetuosos con el medio ambiente. El plan de acción de la Estrategia «De la granja a la mesa» incluye, entre otras cosas, medidas destinadas a promover el consumo sostenible de alimentos y facilitar la transición hacia dietas saludables y sostenibles. Entretanto, la Comisión Europea ya ha empezado a preparar una ley marco transversal para acelerar y facilitar la transición hacia la sostenibilidad. También pretende garantizar que los alimentos comercializados en la UE sean cada vez más sostenibles.

2.2.

El CESE ya ha elaborado un sólido marco de actuación mediante el desarrollo de una visión estratégica sobre cómo promover una política alimentaria integral. Los elementos constitutivos de esta visión se recogen en varios dictámenes consagrados a temas como la política alimentaria integral (2), la alimentación sana y sostenible (3), las cadenas cortas de distribución de alimentos y la agroecología (4), el consumo sostenible (5) o la alineación de las estrategias y operaciones de las empresas alimentarias con los ODS para impulsar una recuperación sostenible tras la COVID-19 (6).

2.3.

Las empresas tienen una gran responsabilidad a la hora de, por una parte, orientar a los consumidores hacia opciones saludables y menos perjudiciales para el medio ambiente y, por otra, impulsar la transformación sostenible de los sistemas alimentarios mediante la adopción de prácticas agrícolas, de transformación y de envasado sostenibles. Las empresas deben participar en todo el recorrido de desarrollo del marco de etiquetado de alimentos sostenibles.

2.4.

Además de las empresas y otras partes interesadas en la producción de alimentos, los consumidores también desempeñan un papel crucial en la transición hacia unos sistemas alimentarios más sostenibles. En principio, cada decisión de compra da lugar al siguiente pedido de producción. Por lo tanto, una mayor demanda de productos alimentarios sostenibles también impulsará la oferta hacia una mayor sostenibilidad.

2.5.

En este contexto, el objetivo de este Dictamen de iniciativa es explorar posibles opciones para un marco de etiquetado de alimentos sostenibles, presentar conclusiones y formular recomendaciones para apoyar a la Comisión en el desarrollo de dicho marco político desde una fase temprana.

3.   Observaciones generales

3.1.

La sostenibilidad es un concepto pluridimensional que siempre debe tener en cuenta en igual medida las dimensiones económica, medioambiental y social. Según la definición de la FAO, un sistema alimentario sostenible «es aquel que garantiza la seguridad alimentaria y la nutrición de todas las personas de tal forma que no se pongan en riesgo las bases económicas, sociales y ambientales de estas para las futuras generaciones» (7). En resumen: centrarse exclusivamente en los aspectos ecológicos de la sostenibilidad, como a menudo ocurre actualmente, o hacerlo solo en sus pilares social y económico, es por definición no sostenible. El objetivo debe ser abarcar toda la cadena de valor en las tres dimensiones de la sostenibilidad.

3.2.

El objetivo de un marco de etiquetado no debería consistir en la calificación de los alimentos como sostenibles o no, sino que más bien debería apoyar la evolución hacia un sistema alimentario más sostenible. El marco de etiquetado está diseñado para ayudar a los operadores económicos a evaluar y mejorar la sostenibilidad de los productos (metodologías que incentiven las mejoras, por ejemplo, un sistema de evaluación comparativa o un sistema de referencia) y para proporcionar orientaciones útiles a los consumidores. Este marco de etiquetado debe elaborarse de manera abierta y transparente, con la participación de las partes interesadas pertinentes, y partir de una metodología clara y con base científica. A tal fin, las empresas deben tener acceso a los indicadores y metodologías y a los resultados obtenidos con el sistema de etiquetado. Sobre todo, el sistema debe ser simple.

3.3.

Se necesitan normas claras para mejorar la situación confusa del mercado. En la actualidad, esto se debe al abuso del término «sostenible» (una forma de «blanqueo ecológico»). Deben prohibirse las etiquetas o declaraciones de sostenibilidad que no se basen en un régimen de certificación ampliamente reconocido.

3.4.

El etiquetado de sostenibilidad de los alimentos debe basarse en el proceso de producción en su conjunto y tener inicialmente un carácter voluntario. Sin embargo, es esencial que cualquier marco de etiquetado de la sostenibilidad de los alimentos esté basado desde el principio en una definición y metodología claras que se apoyen por igual en los tres pilares de la sostenibilidad (el medioambiental, el social y el económico). Esto debería abarcar toda la cadena de valor de los alimentos, desde la producción hasta el consumo. Más adelante, debe evaluarse la posible necesidad de hacer obligatorio el etiquetado de la sostenibilidad. El marco de la UE debe dar un margen de maniobra adecuado a los sistemas nacionales y regionales, pero las definiciones y las normas de evaluación deben armonizarse en toda la UE.

3.5.

Al mismo tiempo, no se debe sobrestimar el papel del etiquetado. Debería haber una comprensión realista y pragmática de lo que el etiquetado de sostenibilidad puede y no puede ofrecer. Según la Organización Mundial de la Salud, para que el etiquetado ayude a los consumidores a comprar alimentos con conocimiento de causa y a tomar decisiones alimentarias más saludables, los consumidores deben conocer y reconocer la etiqueta, entender su significado y ser capaces de utilizarla correctamente, así como tener una motivación para usarla (8). Será importante sensibilizar sobre los sistemas de etiquetado de la sostenibilidad y la calidad de la UE. Esto, junto con medidas de contratación pública y educación, puede reforzar la demanda de productos alimentarios sostenibles. Los responsables políticos también deben estudiar medidas adecuadas para apoyar la asequibilidad y la accesibilidad de los alimentos sostenibles.

3.6.

El etiquetado de sostenibilidad es de gran importancia en los casos en que el fabricante no puede facilitar directamente la información necesaria. Cuando el fabricante pueda facilitar directamente al consumidor la información pertinente (por ejemplo, en un mercado local de agricultores o en una tienda situada en la explotación agrícola), no es necesario un sistema de etiquetado. Esto también es importante a fin de evitar cargas burocráticas para los pequeños productores.

3.7.

La educación desempeña un papel crucial a la hora de proporcionar una comprensión básica de los aspectos de la sostenibilidad en relación con los productos alimentarios. Es importante invertir en educación en materia de alimentación sostenible desde edades tempranas con el objetivo de ayudar a las personas más jóvenes a apreciar el valor de la alimentación. Además, cabe esperar que, a raíz de ello, los niños «eduquen» a los padres para que estos se comporten de manera más sostenible, como se ha visto, entre otros, en el ámbito de la separación y reciclaje de residuos. Por ejemplo, el programa de la UE de distribución de frutas, hortalizas y leche en los centros escolares también debería abordar aspectos de sostenibilidad importantes.

3.8.

El CESE recuerda la recomendación de elaborar nuevas directrices para una alimentación sostenible que tengan en cuenta las diferencias culturales y geográficas entre los Estados miembros y dentro de los mismos. Tales directrices ayudarían a proporcionar orientaciones a los agricultores, transformadores, minoristas y servicios alimentarios. El sistema agroalimentario se beneficiaría de un nuevo «marco» para producir, transformar, distribuir y vender alimentos más sanos y sostenibles a precios más justos (9).

4.   Observaciones específicas

4.1.

Los hábitos de alimentación de las personas son diversos y dependen en gran medida del entorno personal y cultural. Además, son muy persistentes: cualquier cambio en la alimentación de las personas solo puede conseguirse en pequeños pasos y a lo largo de un tiempo prolongado. Los estilos de vida y el entorno social de las personas son otros factores pertinentes que determinan que la sostenibilidad desempeñe o no un papel en sus hábitos de consumo. Sin embargo, un porcentaje elevado y creciente de consumidores afirma estar dispuesto a cambiar sus hábitos de consumo por razones de sostenibilidad. Existe un interés por contar con información en materia de sostenibilidad que permita tomar decisiones con conocimiento de causa.

4.2.

En términos muy generales, muchas veces el etiquetado de sostenibilidad capta la atención de quienes ya están interesados en esta cuestión. El etiquetado de sostenibilidad debe facilitar a este colectivo básico las decisiones de consumo sostenibles.

4.3.

Pero también cabe preguntarse si es posible llegar a las personas no interesadas en la sostenibilidad y cómo puede conseguirse. Sin embargo, el papel como modelo de conducta que desempeñan los colectivos básicos en materia de sostenibilidad puede dar lugar a un cambio de comportamiento por imitación. También es un paso adelante que determinados colectivos menos interesados en el tema se decanten por decisiones alimentarias sostenibles al menos ocasionalmente o sobre determinados aspectos parciales. Estas son solo algunas cuestiones que deben considerarse para que las expectativas sobre el etiquetado de sostenibilidad sean realistas desde el principio.

4.4.

La visibilidad y aceptación por parte de los consumidores y la claridad del mensaje son requisitos fundamentales para que el etiquetado de sostenibilidad de los alimentos se vea coronado por el éxito. El propio etiquetado ha de ser comprensible, sencillo y fiable. Paralelamente, deben ponerse en marcha medidas de acompañamiento dirigidas a los consumidores que promuevan la educación y la información sobre la alimentación sostenible, refuercen la confianza en el sistema de etiquetado y su aceptación y fomenten un consumo más sostenible.

4.5.

Las declaraciones de sostenibilidad deben basarse en los siguientes principios: fiabilidad, transparencia, relevancia, accesibilidad y claridad (véanse las directrices de las Naciones Unidas para la presentación de información sobre la sostenibilidad de los productos (10)). Por lo que respecta al sistema de certificación, es importante que se tenga debidamente en cuenta el contexto estructural para, por ejemplo, no penalizar a las estructuras pequeñas, como agricultores, pymes, venta en la propia explotación, mercados semanales, etc.

4.6.

Las etiquetas con una escala de evaluación (por ejemplo, un sistema de semáforo) podrían ayudar a los consumidores a elegir con conocimiento de causa. Al mismo tiempo, un sistema de evaluación de este tipo también puede promover el liderazgo en materia de sostenibilidad y animar a las empresas a mejorar los procesos de la cadena alimentaria en ese aspecto. No obstante, para evitar confusiones, debe haber un cierto grado de coherencia entre los distintos sistemas de etiquetado.

4.7.

El desarrollo de un marco adecuado de etiquetado de sostenibilidad debe adoptar, en la medida de lo posible, un enfoque integral que contemple la sostenibilidad de la producción y el consumo, y no solo de los propios alimentos. El comportamiento de los consumidores constituye un elemento esencial de la sostenibilidad general del sistema alimentario. El envasado y el transporte (origen del producto) son aspectos igualmente importantes. Al mismo tiempo, será necesario mostrar cierto pragmatismo a la hora de definir los indicadores de sostenibilidad pertinentes (por ejemplo, deberá determinarse qué información o datos están disponibles de forma fiable). En cualquier caso, es preciso establecer lo antes posible un conjunto armonizado de normas sobre el etiquetado de sostenibilidad. La multiplicación de diferentes etiquetas de sostenibilidad a escala nacional y en el ámbito empresarial solo genera confusión y pérdida de confianza.

4.8.

Los minoristas europeos de alimentación ya han empezado a aplicar proyectos piloto de etiquetado de sostenibilidad de los alimentos. Estas son algunas de las conclusiones provisionales extraídas: la percepción de los productos etiquetados tiende a ser más positiva que la de los productos no etiquetados, aunque con escasa influencia en la decisión de compra; las reacciones positivas proceden sobre todo de las personas más jóvenes; en ocasiones, el uso de un sistema de calificación provoca confusión con el sistema Nutriscore; por último, los consumidores desean que la información se muestre en el envase (y no solo en la etiqueta del precio). Entre las cuestiones clave figuran la credibilidad del sistema de evaluación (independiente y con base científica), la claridad de la información (comprensibilidad), el empleo de un enfoque lo más armonizado posible en todo el sector y la transparencia («aclarar» en lugar de «simplificar», por ejemplo mediante un código de barras respaldado por información pertinente).

4.9.

Resulta decisivo tener en cuenta la dimensión social y socioeconómica, aunque pueda no estar claro aún qué indicadores deben utilizarse para ello. Sobre todo en el ámbito social existen diferencias en la normativa legal de los distintos Estados miembros (condiciones de trabajo, salario mínimo), lo que puede complicar un enfoque armonizado para toda la UE. A pesar de ello, es importante incluir la dimensión socioeconómica en el etiquetado de sostenibilidad.

4.10.

En el marco de un enfoque pragmático parece lógico reconocer los sistemas de certificación que ya existen en la UE —como la agricultura ecológica, las indicaciones geográficas protegidas (IGP), las denominaciones de origen protegidas (DOP) o las especialidades tradicionales garantizadas (ETG)— para promover la sostenibilidad del sistema alimentario. Aunque estos regímenes puedan no contemplar la sostenibilidad de manera integral, incluyen no obstante elementos que contribuyen a una mayor sostenibilidad del sistema alimentario. Las normas vigentes deben someterse a un control de sostenibilidad y, en caso necesario, complementarse con disposiciones adecuadas en materia de sostenibilidad.

4.11.

Los productos regionales o locales y las cadenas de distribución cortas pueden contribuir a que los sistemas alimentarios sean más sostenibles. Los productores regionales producen a menudo en las inmediaciones de la población local, por lo que están sujetos a un cierto «control social», una circunstancia que debería tender a promover métodos de producción sostenibles.

4.12.

La estacionalidad repercute en el nivel de sostenibilidad, especialmente en el caso de las frutas y hortalizas. En esta categoría de alimentos rápidamente perecederos y con un gran contenido de agua, la información y la educación pueden sensibilizar en favor de un consumo con bajo uso de recursos.

4.13.

La reciente reforma de la PAC y la aplicación del Pacto Verde Europeo a la agricultura europea (Estrategia sobre Biodiversidad, Estrategia «De la granja a la mesa») tienen por objeto hacer aún más sostenible la producción agrícola en Europa. Por lo tanto, etiquetar el origen de las materias primas agrícolas también permitirá extraer conclusiones sobre su nivel de sostenibilidad.

Bruselas, 27 de octubre de 2022.

La Presidenta del Comité Económico y Social Europeo

Christa SCHWENG


(1)  https://ec.europa.eu/food/horizontal-topics/farm-fork-strategy_en

(2)  Dictamen del CESE «Contribución de la sociedad civil al desarrollo de una política alimentaria integral en la UE» (DO C 129 de 11.4.2018, p. 18).

(3)  Dictamen de iniciativa del CESE «Promover una alimentación sana y sostenible en la UE» (DO C 190 de 5.6.2019, p. 9).

(4)  Dictamen de iniciativa del CESE «Promoción de cadenas cortas y alternativas de distribución de alimentos en la UE: el papel de la agroecología» (DO C 353 de 18.10.2019, p. 65).

(5)  Dictamen de iniciativa del CESE «Hacia una estrategia de la UE sobre el consumo sostenible» (DO C 429 de 11.12.2020, p. 51).

(6)  Dictamen de iniciativa del CESE «Alinear las estrategias y operaciones de las empresas alimentarias con los ODS para impulsar una recuperación sostenible tras la COVID-19» (DO C 152 de 6.4.2022, p. 63).

(7)  https://www.fao.org/in-action/territorios-inteligentes/componentes/produccion-agricola-y-clusters/contexto-general/es/

(8)  https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/336988/WHO-EURO-2020-1569-41320-56234-eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y

(9)  Dictamen de iniciativa del CESE «Promover una alimentación sana y sostenible en la UE» (DO C 190 de 5.6.2019, p. 9).

(10)  https://www.oneplanetnetwork.org/knowledge-centre/resources/guidelines-providing-product-sustainability-information